También conocido simplemente como Luis Cabrera, nació en Zacatlán Puebla, en el año de 1876, hijo de un panadero, el niño zacatleco ira creciendo, formándose y madurando en paradójico paralelismo con el proceso de surgimiento, estabilización y consolidación de la que terminaría por ser una gerontocratica dictadura.
Sus primeros años lo ponen en contacto
directo con la tierra y los campesinos, así como con la lengua náhuatl, que
aprende en la cotidianidad familiar mientras ayuda a su padre en el reparto
diario del pan.
Asistió a la modestísima escuela rural del
maestro José Dolores Pérez quien, junto con su tio Daniel Cabrera, seria figura
determinante en la educación del joven.
Con apenas trece años, es enviado a la
Ciudad de Mexicano para ingresar en la Escuela Nacional Preparatoria que para
esas fechas, abrevando en el positivismo delineado por Gabino Barreda, daba un carácter
especial a la educación superior de ese entonces. Por diferentes causas,
Cabrera interrumpe sus estudios. Poco después se inicia como maestro en
Tecomaluca, Tlaxcala, y luego de un año, en 1886, tras mucho divagar entre la ingeniería
y la medicina, opta finalmente por la Escuela Nacional de Jurisprudencia.
En el ocaso del siglo ve surgir la
inquietud literaria del aspirante a abogado. Empieza como cronista taurino y de
teatro, firmando con el seudónimo de Zip en El Noticioso. Poco después, en
1898, aparecen en Crisantema sus primeras dos poesías: “Ausencia” y “Zacatlán”,
temas acordes con el romanticismo de la época.
En 1901 Cabrera comienza a dedicarse a su profesión,
se inicia en el ejercicio de la dialéctica. A los treinta años se convertiría en
el mas solido y consistente critico de la ya indefendible dictadura, mostraba
en sus textos la innegable influencia del liberalismo decimonónico.
A lo largo de su carrera escribió innumerables
“cartas abiertas” y artículos, en los que explicaba la situación que vivió
México, sobre todo en la época porfirista y en la gubernatura de Venustiano
Carranza
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