sábado, 8 de marzo de 2014

Corrido del Cuartelazo

Año de mil novecientos,
de mil novecientos trece,
ya mataron a Madero
y nada que aparece.

Fue llegando Félix Díaz,
con orden militar:
- Aquí renuncia usted
a lo mando a fusilar.

Respondió el señor Madero,
en su silla presidencial;
- primero me asesinan
que hacerme renunciar.

Decía el señor madero:
: ¡Ay! que triste es mi suerte:
doy mi vida por el pueblo
y hoy me pagan con la muerte.

A las dos de la mañana
fue el primer cañonazo,
y estaban las tropas listas
para dar el cuartelazo.

Tocaron los clarines,
sonaban los tambores,
andaba el año niño
por los alrededores.

Tocaban los clarines,
sonaban los tambores
las ametralladoras dando
vueltas en los fortines.

Veía Bernardo Reyes
delante de su gente,
y una bala maderista
le pego en la mera frente.

Otro día por la mañana,
las mujeres llorando,
al ver la ciudadela
que la estaban bombardeando.

Los días muy tranquilos,
las noches muy serenas,
al otro día por la mañana,
las calles de muertos llenas.

Vuela, vuela, palomita,
párate en aquel romero,
ándale, avísale a Carranza
que mataron a Madero.}


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