Señores, con atención,
les diré lo que a pasado,
que agarraron prisionero
a un general afamado.
Este dicho general
que era un hombre valiente
y como buen militar,
sabia dirigir la gente.
De artillero comenzó
la carrera militar,
al poco tiempo llegó
a ser un gran general
Anduvo por dondequiera,
nadie le pudo ganar,
por Chihuahua, la frontera
y San José del Parral.
Se fue para el extranjero,
anduvo por Nueva York,
y fue a proteger a Francia
demostrando su valor.
Luego se vino a su patria
para ver cómo arreglaba
abandonar la carrera
e irse a la vida privada.
El gobierno comprendió
el mal que debía de causar:
por eso lo perseguía
para mandarlo a fusilar.
Entonces Ángeles dijo:
-Mis planes han sorprendido,
pienso mejor retirarme
a los Estados Unidos.
Todo fue inútil, señores,
lo que deseaba arreglar,
por que los perseguidores
ya no le dieron lugar.
En el cerro de la Mora
Le toco la mala suerte,
prisionero en mala hora
lo sentenciaron a muerte.
Al estado de Chihuahua
lo condujo la Acordada,
todo se hecho en el olvido,
la sentencia estaba dada.
En el teatro de los Héroes,
el consejo se reunió;
a la presencia de todos
la sentencia de firmó.
Hubo muchos defensores
que lo deseaban salvar
suplicándole al gobierno
no lo fuera a fusilar.
El gobierno americano
y la esposa de madero,
pedían perdón y clemencia.
El gobierno contestó
los males que había causado,
la sentencia estaba dada
que había de ser fusilado.
Cuando el consejo de guerra
al prisionero pidió,
Ángeles con obediencia
sus ordenes respeto-
Le leyeron la sentencia,
Ángeles la respeto:
allí en presencia de todos
con sus labios la beso
Y de allí fue conducido
a la prisión militar,
mientras la hora llegaba
de sacarlo a fusilar.
Luego que ya lo sacaron
para hacerla ejecución,
luego que vio las armas
se le alegro el corazón.
Cantando "las golondrinas"
cuando estaba prisionero;
se acordaba de sus tiempos
cuando andaba de artillero.
Por que era un hombre valiente
y de valor verdadero,
deseaba mejor la muerte
que estar allí prisionero.
Era un hombre valiente
de un valor sin segundo,
que bien se podía decir
que no había otro en el mundo.
- Yo no soy de los cobardes
que le temen a la muerte;
la muerte no mata a nadie
la matadora es la suerte.
Ángeles puso un mensaje
al Congreso de la Unión:
- Que si he de ser fusilado.
- yo no soy de los cobardes
que demuestras su tristeza:
a los hombres como yo
no se les da en la cabeza.
El reloj marca sus horas,
se acerca la ejecución:
- preparen muy bien sus armas
y apunten al corazón.
- Se acerca la ejecución,
se acerca ya mi partida:
denme permiso primero
de escribirle a mi familia.
Se le concedió el permiso,
pues nunca se le negó,
luego se puso a escribir,
toda la noche ocupo.
Cuando acabo de escribir
con todo su corazón,
- ¡Ay!, les dijo a sus verdugos,
estoy a su disposición.
- Aquí esta mi corazón
para que lo hagan pedazos;
por que me sobra el valor
para recibir balazos.
Ya con esta me despido
al pie de un verde granado,
aquí termina el corrido
de un general afamado.
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