Antes de la conquista de los españoles entre 1519 y 1521 el continente contaba con múltiples culturas y con deidades para básicamente cualquier cosa, teniendo desde dioses de la lluvia hasta del sol entre otros, como sabemos levantaban pirámides y estudiaban las estrellas, pero poco se ha hablado sobre como educaban a sus hijos estas culturas, en las siguientes líneas les vamos a presentar algunos de los códigos de conducta que los aztecas les enseñaban a sus niños desde edades muy tempranas:
Los valores eran clasificados y ordenados para que sus infantes pudiesen entenderlos y grabarlos de forma más simple y de esta forma poder formar futuros hombres de bien.
Se preocupaban mucho por inducir hábitos que contemplaban el control de cosas como el hambre, frio, calor sed y dolos, además del cumplimiento de normas de urbanidad, que tenían como objetivo formar la personalidad y carácter de sus habitantes.
Entre los consejos más importantes para los mayas estaban:
- Cuando algún adulto te esté amonestando no te estarás divirtiendo con alguna otra cosa, no tendrás algo en la mano con la que te estés dando gusto, no estarás dando golpecitos con los pies, como quien se distrae, tampoco estarás mordisqueando la manta con que te cubres, no escupirás, ni volverás el rostro de un lado para otro o te pararas de repente.
- Todas estas cosas tengo que recomendarte que no hagas, hazlas y te darás a conocer como un gran bellaco, que no hay para ti ni sentido ni cordura, te darás a conocer como un hombre rendido al vicio y no serás digno de los dioses.
- Niégate a la yerba estupefaciente, la yerba embrutecedora, el pulque, el hongo intoxicarte, si lo haces te embriagaras, con ellos rodaras, te perderás en ti mismo, de modo que ya no tengas sentido de ti mismo, y te arrojaras al fogón encendido, al comal del fuego, al rio, al peñascal, te revolcaras en la suciedad y la basura, con esas cosas te insolentaras, echándote a la cabeza y molleras ajenas, te aras estúpido y falaz y te embrutecerás salvajemente, entraras en el poder y garras del coyote, del tigre, nada te valdrá repudiar lo pasado, lo que ya quedo atrás.
En cuanto a las normas de urbanidad tenemos:
- Lo primero es que seas muy cuidadoso de despertar y velar y no duermas de más, para que no se diga de ti que eres dormilón y perezoso y somnoliento.
- Lo segundo: tendrás cuidado de cuando fueres por la calle o por el camino que vayas sosegadamente, ni con mucha prisa, ni con mucho espacio, sino con honestidad y madurez.
- Lo tercero: es acerca de tu hablar, conviene que hables con mucho sosiego, no apresuradamente, ni con desasosiego, ni alces la voz, ni bajo ni alto, que tu hablar sea suave y blanda tu palabra.
- Lo cuarto: es que en las cosas que oyeres y vieres en especial si son malas, lo disimules y calles, como si no lo oyeres y no mires curiosamente a alguno en la cara, mi mires con curiosidad, en especial a las mujeres casadas, porque dice el refrán que el que curiosamente mira a la mujer, adultera con la vista y algunos fueron punidos con pena de muerte por esta causa.
- Lo quinto: guárdate de oír las cosas que se dicen que no te incumben, especialmente de las vidas ajenas y nuevas, cuando algunos hablan de vidas ajenas y dicen algunos pecados que son dignos de castigo, y tu llegas a oírlos a ti te será achacado y atribuido lo que se dice, y a ti te lo pondrán a cuestas y serás preso y aun castigado por ello; y dice el refrán: pagaran los justos por pecadores.
- Lo sexto: es que no esperes a que dos veces te llamen; a la primera responde y luego levántate y ve a quien te llama, especialmente si es alguien viejo ve corriendo.
- Lo séptimo: es que en tus atavíos seas templado y honesto no seas curioso en tu vestir, no busques mantas curiosas ni muy labradas, ni tampoco atavíos rotos y viles
- Lo octavo: es la manera que has de tener en el comer y en el beber: seas avisado de que no comas demasiado a la mañana y a la noche; se templado en la comida y en la cena y si trabajares conviene que almuerces antes de que comiences a trabajar.
- Si quieres ser un hombre de verdad, no seas humilde fingido, se siempre sincero y apoya a tus compañeros, respeta a tu compañera que estará con Tigo por el resto de tu vida, protégela junto con tus hijos y siempre adora a los dioses que nos vigilan y cuidan, ama a la tierra pues ella es la que te da de comer.
También cabe mencionar que después de esto los jóvenes llevaban una especialización del trabajo, pues debían aprender un oficio (cosechas, costuras, cazadores, etc.), además de que todos debían conocer cuál era la forma correcta de adorar y mostrar respeto a los dioses.
En la actualidad esto ha cambiado mucho, aunque no precisamente para bien, ¿ustedes que opinan? Deberían retomar los antiguos métodos de enseñanza? ¿o solo nos falta modificar un par de cosas en el sistema de educación actual?
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