lunes, 28 de julio de 2014

Himno nacional mexicano

México, en sus primeros tres años de nación independiente no conto con un himno nacional propio. Hasta el 12 de noviembre de de 1853, cuando el gobierno de la república, a travez del ministerio de de fomento, de colonización, comercio he industria convocaron aun concurso que se dividió en dos.
      La primera parte consto de un certamen literario, en el que debía ser escogido el himno que representaría a la patria, y en la segunda parte debería de ser seleccionada la música que acompañaría a la letra de la primera parte del concurso. Dicha convocatoria contaba con la firma de Miguel Lerdo de Tejada.
      Francisco Gonzales Bocanegra, poeta potosino se entero gracias a sus amigos, quienes reiteradamente le insistían en que participaran, no obstante Bocanegra se negaba, no creía contar con las cualidades suficientes para ganar dicho concurso debido a los numerosos intelectuales que hasta el momento estaban registrados en el concurso.
      Según se cuenta, ante la constante negativa del joven poeta (para ese entonces tenia cumplidos treinta años) su novia preparo en una habitación aislada papel, bolígrafos y lápices, retiro de dicha habitación todo distractor, y en base e engaños llevo al joven poeta a ese lugar, lo encerró con llave y no le permitió salir hasta que tuviese escrito el himno, una vez finalizado el trabajo, para vida de que le dejara salir deslizo el escrito bajo la puerta y la joven novia lo llevo al concurso.
      Poco después se realizo el concurso para la música, donde gano Jaime Nunó Roca, español que para entonces era director general de bandas y música del ejército.  
      La noche del 15 de septiembre de 1854 junto a los festejos de la conmemoración del grito de independencia se estreno el actual himno nacional mexicano en el teatro Santa Anna, lugar donde Bocanegra pronuncio un discurso patriótico.
El himno dice así:

CORO
Mexicanos, al grito de guerra,
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en sus centros la tierra,
Al sonoro rugir del cañón.
     
ESTROFA I
Ciña ¡oh patria!, tus sienes de oliva,
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de Dios escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo,
Piensa ¡oh Patria querida!, que el cielo
Un soldado en cada hijo te dio.

ESTROFA II
En sangrientos combates los viste
Por tu amor palpitando sus senos,
Arrostrar la metralla serenos,
Y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas
De tus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo tu frente
Volverían inmortales a ornar.

ESTROFA III
Como al golpe del rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente,
La discordia vencida, impotente,
A los pies del arcángel cayó.
Ya no mas de tus hijos la sangre
Se derrama en contienda de hermanos;
Solo encuentra el acero en sus manos
Quien tú nombre sagrado insulto.

ESTROFA IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
Te defiende la espada terrible,
Y sostiene su brazo invencible
Tu sagrado pendón tricolor.
El será del feliz mexicano
En la paz y en la guerra el caudillo,
Por que el supo sus armas de brillo
Circundar en los campos de honor.

ESTROFA V
¡guerra a guerra sin tregua al que intente
De la patria, manchar los blasones!
¡guerra, guerra! Los patrios pendones
En las olas de sangre empapad.
¡guerra, guerra! En el monte, en el valle,
Los cañones horrísonos truenen,
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de ¡unión! ¡Libertad!

ESTROFA VI
Antes, patria, que inermes tus hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen,
Tus campiñas con sangre se rieguen,
Sobre sangre se estampe su pie.
Y sus templos, palacios y torres
Se derrumben con horrido estruendo,
Y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la patria aquí fue.

ESTROFA VII
Si a la lid contra hueste enemiga,
Nos convoca la tropa guerrera,
De Iturbide la sacra bandera,
¡Mexicanos!, valientes seguid.
Y los fieros bridones les sirvan
Las vencidas enseñas de alfombra;
Los laureles del triunfo den sombra
A la frente del bravo adalid.

ESTROFA VIII
Vuelva altivo a los patrios hogares
El guerrero a cantar su victoria,
Ostentando las palmas de gloria
Que supiera en la lid conquistar.
Tornaranse sus lauros sangrientos
En guirnaldas de mirtos y rosas,
Que el amor de las hijas y esposas
También sabe a los bravos premiar

ESTROFA IX
Y el que a golpe de ardiente metralla
De la patria en las aras sucumba,
Obtendrá en recompensa una tumba
Donde brille de gloria la luz.
Y de iguala la enseña querida,
A su espada sangrienta enlazada,
De laurel inmortal coronada,
Formara de su fosa la cruz.

ESTROFA X
¡Patria! ¡Patria! Tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor.
¡para ti las guirnaldas de oliva!
¡un recuerdo para ellos de gloria!
¡un laurel para ti de victoria!

¡un sepulcro para ellos de honor!

domingo, 20 de julio de 2014

libertad de Luis Cabrera

El presente es un fragmento de un articulo escrito por Luis Cabrera, en el que se analiza la libertad conquistada durante la revolucion y, a su modo de ver en que estaba terminando dicha libertad obtenida en la revolucion mexicana, hemos obtado por poner los gragmentos mas importantes debido a que es un basto escrito, el cual, leido en pantalla resulta bastante cansado para la vista.


La revolución de 1910 era, en el fondo un anhelo y un movimiento libertario.
      Todos los ideales revolucionarios, todas las aspiraciones de los mexicanos, todas sus necesidades, tanto materiales como espirituales y morales podrían resumirse en una sola palabra: libertad.
      Por mas que ahora algunos consideran la libertan como un concepto teórico, pasado de moda, lo cierto es que no hay otro vocablo  para denominar mejor al conjunto de los derechos del hombre.
      Libertad, palabra eterna, de connotación infinita; concepto vago e indefinible que condensa todos los anhelos imprecisos del hombre que siente la necesidad de vivir conforme a su propio criterio y de realizar sus aspiraciones.
      Los romanos, hombres prácticos como jamás los ha habido, reconocían la existencia humana de la libertad y la llamada casa inestimable. (libertas inaestimabilis res est.)
      Contrasta la vaguedad del concepto teórico, sino como necesidad humana palpable, es al mismo tiempo el derecho a comer, el derecho a trabajar, el derecho a gozar de los frutos de nuestro esfuerzo, el derecho a amar, el derecho a formar una familia, el derecho a perpetuarnos en nuestros hijos no solo materialmente, sino también espiritualmente; el derecho a pensar, el derecho a creer; en suma, el derecho a vivir conforme a nuestras aspiraciones.
      Los modernos teorizantes del materialismo histórico, creen haber descubierto un nuevo mundo cuando nos dicen que el individuo no puede tener absoluta libertad, y que sus actos deben estar restringidos por los derechos de la sociedad. Nadie ha negado eso, ni es una novedad descubierta por Marx. Hace mas de dos mil años que los romanos, no solo en teoría, sino en la practica, se gobernaban por ese mismo principio de que la libertad de cada quien estaba restringida por los derechos de los demás, y de que el justo medio consistía en vivir honestamente, no hacer daño a los demás y dar cada quien lo suyo. Solo que ahora en vez de decir “los demás” se ha inventado una especie de fetiche con el nombre de Sociedad (así, con mayúscula), termino todavía mas vago y concepto mas impreciso que el de libertad.
      Para los modernos socialistas, el individuo no existe, la Sociedad es todo. Creen que la sociedad es una entidad independiente, una especie de rival del individuo. Como si pudiera existir el organismo sin las celdillas; como si pudiera haber patria sin mexicanos, como si pudiera haber ejercito sin soldados, o sindicatos sin obreros, o cooperativas sin campesinos.
      La sociedad no es otra cosa que el conjunto de los individuos organizados para poder lograr mejor la felicidad de los hombres de carne y hueso, que comen, que piensan y que viven. Como el sindicato no es más que la forma en que están agrupados los obreros, que son los que trabajan;  como la cooperativa no es mas que el procedimiento para que los campesinos puedan sembrar y cosechar y comer, y vivir de lo que rinda la tierra. Como la patria no es en suma más que el conjunto de los hombres que agrupados a su vez en familias van marchando a través de los siglos y de generación en generación hacia una vida mejor y más humana.
       La sociedad, por si sola no tiene necesidades, ni tiene derechos, ni piensa, ni ama, ni sufre, ni ha menester la libertad.
      Lo que por vía de concisión se llama los derechos de la sociedad, son los derechos de los hombres que la componen, entendidos esos derechos de modo que realmente conduzcan a su mejoramiento, sin que los intereses o las ambiciones de unos cuantos restrinjan o impidan el bienestar de los demás. Siempre se ha entendido así la libertad.
      La libertad ha llegado a ser un concepto impreciso por que resume y condensa no solo el derecho a satisfacer nuestras necesidades materiales, sino principalmente la forma en que cada quien entiende y siente esas necesidades; y además por que abarca no solo los derechos sobre nosotros mismos, sino a través del tiempo sobre nuestra familia y nuestro hijos; y por que incluye, además de nuestras necesidades materiales, todas nuestras aspiraciones y nuestros anhelos morales y espirituales.
      La libertad en el salvaje casi no significa más que el derecho a comer y a vivir. En el hombre civilizado, la libertad “es una cosa inestimable” que abarca desde el derecho a comer, hasta el derecho a creer en Dios.
      Pero los modernos teorizantes del materialismo histórico nos dicen que los pueblos del mundo siempre se han movido exclusivamente por la materialidad de sus necesidades económicas y que, por consiguiente, lo único que se necesita es organizar a los hombres de modo que produzcan lo suficiente para comer, que es la única necesidad común a todos los mortales.
      El individuo, dicen, no deben tener libertad frente a los derechos sociales; el individuo debe ser un esclavo de la sociedad, cuyas necesidades interpreta y representa el estado. Todos deben ser servidores del Estado, esclavos de la tierra, agentes del sindicato, peones de la cooperativa, empleados de un servicio público. El comen o si visten, y si viven y si se reproducen, ha de ser solamente para beneficio de la sociedad.
      Y como el estado es el supremo intérprete de los derechos de la sociedad, todos los hombres deben estar al Servicio del Estado.
      Los que combatimos la tiranía del general Díaz por convencimiento de que no había libertad en el régimen porfirista, no podemos estar conformes con un sistema que es mucho mas tiránico que aquel.
      Los nombres cambian, pero los dictadores subsisten.
      El general Díaz llego a ser el supremo intérprete de la felicidad de la patria conforme a las ideas de los científicos y de los terratenientes. Con que se cambie el nombre y se diga ahora que el Estado es el supremo interprete de los derechos de la sociedad, no hemos adelantado nada. Por que detrás de la palabra Estado, esta la palabra gobierno, y detrás de la palabra gobierno estarán siempre los hombres que quieran arrogarse la facultad de resolver cuales son las necesidades sociales a que ha de estar esclavizado el individuo.
      Los modernos sociólogos nos dicen: el individualismo esta bien muerto; no hay que hacer caso de los derechos individuales, ni tener en cuenta la voluntad del hombre, cuando se persigue el bien de la sociedad. Por lo demás, concluyen, la libertad nunca ha existido, ni menos en México, y por consiguiente no hay necesidad de preocuparse por respetar la libertad.
      Los revolucionarios de Entonces no luchábamos por una libertad teórica o por la mera libertad política. Luchábamos por las libertades concretas cuya ausencia asumía la forma de esclavitudes: el contingente, la cárcel, el destierro, la relegación, el cacique, el capataz, el amo, el patrón, que eran otras tantas instituciones de crueldad contra la libertad humana.

      Los revolucionarios de entonces no podremos prescindir del concepto de libertad. Y seguiremos aspirando a ella, aunque jamás la hayamos tenido. Precisamente porque no la tenemos todavía, y por que nuestra revolución, la de entonces no pudo realizarla.

domingo, 13 de julio de 2014

una disculpa

Recibimos algunas quejas debido a que durante un largo tiempo dejamos de publicar en este pequeño blog historico, pero nuestro equipo de trabajo se encontraba sumamente ocupado, algunos con su respectiva carrera universitaria, algunos otros tuvieron cambio de residensia por motivos de trabajo, entre algunas otras circuncias, no obstante les recordamos que este pequeño "lugar historico" no sera abandonado.
Mientras tanto les ofrecemos este pequeño articulo tomado de otra pagina, estamos concientes de que no tiene nada relevante en cuanto a la historia de el Pais, pero nos parecio muy interesante y en muchos aspectos cierto, esperamos sinceramente que lo disfruten tanto como nosotros y que claro este, sigan gozando de las diferentes formas de literatura.


Enamorate de quien lee

¿Alguna vez has terminado un libro? ¿Haberlo cerrado con el lento despertar que viene con volver a entrar en conciencia?

Tomas una respiración profunda de la parte inferior de tus pulmones y te quedas ahí con el libro en las dos manos, la cabeza mirando hacia abajo en la portada o la contraportada delante de ti.

Estás pensativo. Sientes como un pedazo de ti ganó y perdió. Acabas de experimentar algo profundo, algo íntimo. Lo que acabas de tener es una metamorfosis intensa y transitoria.

Este tipo de lectura, de acuerdo con la revista TIME, se llama "lectura profunda", una práctica que pronto podría extinguirse.

Los lectores, al igual que los escritores de cartas, son ahora una especie en extinción, y su número disminuye con cada lista de GIFs en línea.

La peor parte de esta extinción que se avecina es que los lectores han demostrado ser más amables y más inteligentes que el ser humano promedio, y tal vez los únicos de los que vale la pena enamorarse en este infierno en la tierra.

De acuerdo con dos estudios de 2006 y 2009 publicados por Raymond Mar, psicólogo de la Universidad de York en Canadá, y Keith Oatley, profesor de psicología cognitiva en la Universidad de Toronto, los que leen ficción son capaces de tener más empatía y "teoría de la mente, la cual "es la capacidad de mantener opiniones, creencias e intereses aparte de los suyos”.

Pueden entretener otras ideas, sin rechazarlas y seguir manteniendo las suyas. Si bien esto se supone que es un rasgo innato en todos los seres humanos, requiere diferentes niveles de experiencias sociales para llevar a buen término y, probablemente, tu última pareja fue un narcisista.

¿Alguna vez viste a tu ex con un libro? ¿Alguna vez hablaron de libros? Si no lo hicieron, tal vez deberías pensar en cambiar tu tipo.

No es ninguna sorpresa que los lectores son mejores personas. Después de haber experimentado la vida de otra persona a través de otros ojos, han aprendido lo que se siente el salir de sus cuerpos y de ver el mundo a través de otros marcos de referencia.

Ellos tienen acceso a cientos de almas, y la sabiduría colectiva de todas ellas. Han visto cosas que nunca entenderán y han experimentado la muerte de personas que nunca conocerán.

Han aprendido lo que es ser una mujer y un hombre. Ellos saben lo que se siente el ver a alguien sufrir. Son sabios más allá de sus años.

Otro estudio realizado en 2010 refuerza esta idea con resultados que demuestran que entre más historias sean leídas a los niños, más aguda será su "teoría de la mente". Así, mientras que todo el mundo piensa que sus hijos son los mejores, los que leen realmente son los niños más adaptables, comprensibles y sabios.

Debido a que la lectura es algo que se moldea y se suma a su carácter. Cada triunfo, lección y momento crucial del protagonista se convierte en el suyo.

Si todavías estás buscando a alguien para que te complete, para que llene el vacío de tu corazón, buscar a estas personas que están en vías de desaparición. Los podrás encontrar en cafeterías, parques o en el metro.

Ellos no sólo van a platicar contigo... Van a hablar contigo

Es decir, escribirán cartas y textos en verso. Son detallados, pero no de la manera desagradable. Ellos no se limitan a responder a las preguntas y dar frases, sino contraatacan con profundas teorías y pensamientos. Ellos te cautivarán con su conocimiento de las palabras y las ideas.

Según un estudio de la Universidad de California en Berkeley, la lectura nos da una lección de vocabulario que los niños no podrían alcanzar por escolaridad. "La mayor parte del crecimiento del vocabulario en la vida del niño se produce indirectamente a través de la exposición al lenguaje en lugar de a través de la enseñanza directa".

Hazte un favor y sal con alguien que realmente sepa cómo usar su lengua.

Ellos no sólo te conocen… Te entienden

Sólo te debes enamorar de alguien que pueda ver tu alma. Debe ser alguien que ha llegado a tu interior y ve esas partes íntimas que nadie pudo encontrar antes. Debe ser alguien que no sólo te conozca, sino que te entienda total y completamente.

Según el psicólogo David Comer Kidd, en la New School for Social Research, "Lo que grandes escritores hacen es convertirte en escritor. En la ficción literaria, el carácter incompleto de los caracteres convierte tu mente para tratar de entender la mente de los demás".

Los lectores tienen la capacidad de empatía. Ellos no siempre pueden estar de acuerdo contigo, pero van a tratar de ver las cosas desde tu punto de vista.

No sólo son inteligente... Son sabios

Ser demasiado inteligente es desagradable, ser sabio es algo que atrae. Hay algo irresistible en alguien de quien puedes aprender. La necesidad de bromas y conversación ingeniosa es más importante de lo que puedes creer, y si te enamoras de un lector no sólo mejorará la conversación, sino el nivel de la misma.

Los lectores son más inteligentes debido al aumento de sus habilidades de vocabulario y memoria, junto con su capacidad para detectar patrones. Tienen funciones cognitivas superiores que el no-lector medio y pueden comunicarse de forma más exhaustiva y eficaz.

Encontrar a alguien que lee es como salir con un millar de almas. Está ganando la experiencia que han obtenido a partir de todo lo que han leído y de la sabiduría que viene con esas experiencias. Es como salir con un profesor, un romántico y un explorador.

Si sales con alguien que lee, entonces, también, vivirás mil vidas diferentes.

*Este es un texto traducido del original publicado en Elite Daily.